EL BLOG COMPARTIDO

viernes, 14 de enero de 2011

Tu y yo. Dos substancias sobrenaturales.

LA HUMILDAD, la humildad es lo único que me ha quedado, lo mejor de todo: el descubrimiento más reciente que he realizado y el punto de partida de un nuevo desarrollo de mi persona. Ha salido de dentro de mí, así que sé muy bien que ha hecho su aparición en el momento idóneo. No podía acudir en mi auxilio ni antes ni después. Si alguien me hubiese hablado de ella, la habría rechazado. Si me la hubieran impuesto, la habría negado. Como he sido yo mismo quien la ha encontrado, quiero conservarla. Tengo que hacerlo. Es lo único que posee para mí todos los elementos de la vida, una vida nueva; la mía, mi Vita Nuova. Es la más extraña de todas las virtudes: no puede regalarse ni recibirse de manos ajenas. No se puede adquirir si no es a cambio de entregar todo cuanto uno tiene. Hay que haberlo perdido todo para comprender que se posee.
Ahora que he tomado conciencia de que está en mí, veo con una claridad total lo que debería hacer; de hecho, lo que tengo que hacer. Y cuando utilizo una frase como ésta, no hace falta que diga que no estoy haciendo alusión a una sanción u orden venida del exterior. De ésas no admito ninguna. Me siento más individualista que nunca. A mis ojos no hay nada que posea el menor valor como no sea lo que brota en uno mismo. Mi naturaleza está buscando el modo de aprehenderse a sí misma. Eso es todo cuanto me preocupa. Y lo primero que tengo que hacer es liberarme de todo resquicio de amargura contra el mundo.
Estoy totalmente arruinado; ni siquiera tengo un hogar. Sin embargo, estoy convencido que hay cosas peores en la vida. Soy muy cándido cuando afirmo que antes que salir de este encierro con el corazón lleno de amargura contra el mundo, estaría dispuesto a mendigar el pan de puerta en puerta. Si no me dan nada en la casa del rico, acudiré a la del pobre. Los que poseen mucho suelen ser codiciosos; mientras que los que tienen poco siempre lo comparten. No me importaria en absoluto dormir sobre la yerba fresca en verano y cuando llegase el invierno cobijarme bajo una techumbre de paja o la visera de la puerta de un granero, siempre que quedase amor en mi corazón. Todos los aspectos de la vida se me antojan insignificantes...
-Oscar Wilde-




                  El blog de marpin y la rana les acompaña 24 horas 

4 comentarios:

escuchando palabras dijo...

Un aplauso par un grande como Oscar y muchas gracias por acordarse de el, besitos

BETTIANA VÁZQUEZ dijo...

HOLA!! MUY LINDA ENTRADA. ME GUSTA MUCHO ESTE AUTOR.

SALUDOS!!

BETT

Anónimo dijo...

Feliz noche y madrugada para todas y todos. --------------Spiryhen------------

mária dijo...

Qué maravilla de texto.
Un abrazo marpin y ranita.