EL BLOG COMPARTIDO

martes, 2 de marzo de 2010

PENSAMIENTOS: UNA NOCHE EN EL HOSPITAL.





 La Piedad. Miguel Angel
Foto: Google Dominio Público

Estoy en un hospital. No como enferma, sí como acompañante. Estoy sentada en un incomodo sillón en el que deberé pasar la noche. He pedido una almohada y me han dicho que no hay. Tampoco hay mantas, pero me pondré mi chubasquero si hace falta y no es suficiente la mantita de viaje que tuve la precaución de traer. 

Frente a mi, tres hombres en cama. El de la derecha ha pasado toda la tarde llorando de dolor. Lo acaban de operar del riñón y al parecer ha tenido un cólico nefrítico. Han pedido analgésicos de todas las formas posibles, él y su sobrina que lo acompaña. Le han dicho que aguante, que no sea blando. Al final le han dado una limosna en forma de pastilla que no le ha calmado en absoluto. El de la izquierda, tiene miedo y se le nota. Le operan mañana. Es de mediana edad y tiene hijos pequeños. Teme por él y por ellos. Su esposa no se ha separado de él, sentada en su misma cama y él abrazándola. El de la cama de en medio es mi padre. Muy viejo, muy cansado y muy enfermo. Tratando de engañarse a sí mismo repitiéndose que aquí lo curarán, cuando sabe de sobra que para su vejez no hay cura. Yo les miro a los tres. Nada puedo hacer por ellos, porque ni el dolor, ni elmiedo ni la muerte, admiten paliativos ni parches de misericordia. Y la piedad, me parece en estos casos, mezquina.


Buenas noches, a ti. A quien tanto añoro. Daría parte de mi vida en estos momentos por un abrazo.

La Rana