DESAHUCIOS Y HOGARES

      Por cuestiones de trabajo, debo tratar con más asiduidad de la que quisiera con los desahucios.  Recientemente dos resoluciones judiciales accediendo a sendos desahucios, me han dejado tocada. En una de ellas, desahucia un banco a una familia que lleva generaciones viviendo en el mismo lugar. En otra, es una pareja desleal el que pone a la mujer, con la que compartió años de su vida de patitas en la calle. Todo humano debe tener un hogar. Ojo, que no hablo de propiedad ni de lujo, siquiera de casa propia. Hablo de un espacio digno, aunque sea minúsculo donde tener tus pequeñas cosas y recuerdos, un sitio donde poder descansar y soñar, dormida o despierta. Siempre he pensado que viendo el lugar donde habita una persona, se aprende mucho sobre ella. Incluso algún proverbio antiguo reza "Igual que cuidas a tu casa cuidas a tu alma". Quien no respeta el espacio que habita e incluso comparte con otras personas, ambos tan cercanos, difícilmente respetará otros espacios o personas a las que no le una ninguna cercanía o vinculo. Crear un hogar requiere intención, viene de los deseos primero y de la voluntad después. He visto chamizos que eran auténticos hogares, he oteado deslumbrantes mansiones que sólo eran vulgares construcciones, desprovistas del llamado "calor de hogar."  Compadezco a las personas que no encuentran acomodo en ninguna morada, huyendo continuamente de un lugar a otro, sin percatarse que no se puede jamás huir de uno mismo. A dos personas que conozco y quiero, se les quiere privar de sus respectivos hogares y dejadlas en las puñeteras aceras, como a tantos miles de españoles y españolas, poniéndoles sus pertenencias en mitad de las calles, expuestas en plan mercadillo y a la vista de cualquiera. No he podido evitarlo,  esto me duele. Duele mucho. Son momentos donde a una le gustaría ser realmente un hada mágica,  de las verdaderas.

RANITA

MARPIN Y LA RANA