Leí en una antigua carta -de un amigo de talento que murió demasiado joven- estas palabras:"En todo, en ciencia, en arte, moral y religión, debe haber un sistema correcto, siendo todos los demás erróneos."
¡Qué característico es el entusiasmo en un cierto período de la juventud! A los veintiún años abrigamos tal pretensión y esperamos hallar ese sistema. Nunca se nos ocurre, a la mayoría de nosotros, ni aun pasados los años, que la cuestión "¿qué es la verdad?" no es una cuestión real (ya que no es relativa a ninguna condición) y que toda la noción de la verdad es una abstracción del hecho de las verdades, en plural, una simple frase sumaria y útil, como la lengua latina o la Ley.
Sobre la ley, los jueces, y sobre todo la lengua latina, los profesores suelen hablar de un modo que hace pensar a sus oyentes que significan entidades preexistentes a las decisiones o a las palabras y sintaxis, determinándolas inequívocamente y exigiéndoles obediencia. Pero el más ligero ejercicio de reflexión nos hace ver que, en lugar de ser principios de esta clase, la ley y el latín son resultados. Las distinciones entre lo legal y lo ilegal en la conducta, o entre lo correcto e incorrecto en el lenguaje, se han desarrollado accidentalmente entre las interacciones de las experiencias humanas en detalle; no de otro modo se han desarrollado las distinciones entre lo verdadero y lo falso en las creencias. La verdad se injerta en otra verdad previa, modificándola en el proceso, de la misma forma que un idioma se injerta en otro y una ley en otra ley anterior...
MARPIN Y LA RANA
1 comentario:
La verdad esa gran desconocida....
Un beso
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