Un solo garbanzo negro, inevitable hasta en las mejores familias, lo constituye Temis, diosa de la equidad, de la ley y de la paz, la gran pecadora que llora su desconsuelo acompañada de Irene, la pacificadora rechazada y francamente amedrantada ante las amenazas del brutal Pólemos, que la arma en todas las casas.
El Olimpo politeo y lúdico, báquico, esperpéntico, travistiente, entregado a la bacanal y al desmadre, tiene en el fondo como telón único de culto monoteo a Mamona, el DINERO de iniquidad, que es la moneda en que todos compran y venden en el Gran Bazar consumista...
Marpin y la Rana
1 comentario:
Ojalá este comentario permanezca aquí y no me lo devuelva Blogger, que ultimamente me tiene manía.
No me gusta mucho ese Parnaso que dibujais, quizás por lo realista.
Un beso
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