Se enamoró del agua,
virtud de la ingenuidad,
es noble su conciencia.
Se presentó en sueño
embelesado y más claro,
Con sus penas alegró
el reconocido martirio.
Sobrepasó dolor y gozo
No era chivo expiatorio.
ni tampoco su tiempo.
Y si te Custodiamos
Permite que nuestro canto
sea vivaz y trepidante
Ternura, en la agitación.
¡Escrito estaba el retorno!
alma buena que ameriza
en el sublime encantamiento
creado especialmente, Mario
para ti, de nosotros.
Marpin y la Rana
1 comentario:
Hola amigos:
Un Poema muy bello.
Seguro que Mario lo agradecerá.
Un beso, Montserrat
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