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viernes, 24 de agosto de 2012

El conde de Montecristo. ALEJANDRO DUMAS.



"En cuanto a vos, Morrel, he aquí el secreto de mi proceder. No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro; he ahí todo.
Sólo el que ha probado el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, Maximiliano, para saber cuán buena es la vida.
Vivid, pues y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidéis que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre "y a la mujer", toda la sabiduría humana estará en dos palabras:¡Confiar y esperar!
Vuestro amigo, Edmundo Dantés, conde de Montecristo.


 Marpin y la Rana    

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