CANTAR
Recuerdos, acudid
y acordad vuestras alegres notas;
y, mientras en el viento
vuestra música flota,
escrutaré la corriente
donde sueñan los suspirantes enamorados
para pescar en ella fantasías cuando pasan
en el acuoso espejo.
Beberé las aguas del claro riachuelo
y oiré el canto del jilguero
y allí me tumbaré a soñar
todo el día;
y al llegar la noche me dirigiré
a lugares aptos a la pesadumbre
caminando por el oscurecido valle
con la silenciosa Melancolía.
W. BLAKE
Marpin y la Rana
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