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martes, 14 de junio de 2011

LEÓN NIKOLAIEVICH TOLSTOI. Tendre mélancolie, ah! viens me consoler, Viens calmer les tourments de la sombre retraite...,

Julie solía tocar en el arpa los nocturnos más tristes para Boris.
Este le leía en voz alta La  pobre Liza, y más de una vez interrumpía la lectura a causa de la emoción que le apretaba la garganta. Al encontrarse en sociedad, se miraban como si fuesen las únicas personas del mundo indiferentes a todo y que se comprendían mutuamente.

Arboles rusticos, vuestras sombrías ramas
sacuden sobre mí las tinieblas y la melancolía.
La muerte es un socorro y una tranquilidad.
¡Oh, no existe otro asilo igual para el dolor!
Hay algo tan encantador en la sonrisa de la melancolía.
Es un rayo de luz en la sombra, un matiz
entre el dolor y la desesperación, que muestra un
posible consuelo.
Alimento pozoñoso de un alma demasiado
sensible.
Sin ti, dulce melancolía, la dicha me sería imposible,
¡Oh, ven a consolarme! Ven a calmar los tormentos
de mi retiro sombrío,
y mezcla la secreta dulzura a las lágrimas que siento correr.



EL BLOG DE MARPIN Y LA RANA

3 comentarios:

escuchando palabras dijo...

muy especial la eleccion, me encanto, besitos

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Buenas noches amigos:

Un post muy bueno el que habéis hecho hoy.

Besos Montserrat

EL BLOG DE MARPIN Y LA RANA dijo...

Gracias Montserrat y Escuchando Palabras. No hay elección mala con tan amigables lectores, que ensalzan las virtudes y no echan cuenta a los errores.

Un abrazo.