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Gaugain. Nave Nave Moe. "El secreto"
Querida princesa:
Desde ayer por la noche en que llegó su carta hasta hoy por la mañana no he dejado de reflexionar sinceramente sobre su contenido, pero la respuesta sale ahora espontánea e inmediata del corazón, donde ya estaba lista desde el primer momento: si a usted le cuesta mucho renunciar a su excelente idea, entonces mi ruego es que las Elegías sigan manteniéndose recatadamente como hasta ahora en su poder. Una lectura en casa de Heller seria ya casi una publicación, y yo, frente a estos poemas, sigo teniendo el sentimiento de que es suficiente con que estén ahí donde están. Podemos, pues, aplazar tranquilamente la hora de darlas a conocer mientras no se haya superado y afianzado la situación de la que ha surgido. Cuando llegue ese momento, entonces habrán alcanzado aquel grado de independencia y soltura que les permita mostrarse impasiblemente ante un número mayor de personas que entre en contacto con ellas. Por ahora, y quizá durante años, mi agrado será tanto mayor cuanto más rigurosa y celosamente permanezcan guardadas bajo su posesión. Esto es, naturalmente , tan sólo un deseo que no pretende restringir de ningún modo la libertad que usted tiene de disponer de ellas como de algo suyo. Consérvelas, pues, sencillamente como se conserva un cuadro que de manera ocasional se enseña a otra persona, pero que bajo ningún precio se consiente que vaya a una exposición. Usted no ignora que toda la atención intensa frente a los demás, exige de mí un enorme esfuerzo, que me deja casi extenuado. Asi, pues, esta vez me he quedado también casi vacío, y por ello hoy me limito a enviarle sólo muchos , muchos saludos.
Suyo, D.S.
El blog de marpin y la rana sigue a vuestro lado.
1 comentario:
La discreción es una virtud escasa, poeta
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