La belleza sublime del domingo. Tercera y última parte.

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 "Danza Africana·

"Y debían hallarse en trance por cuanto sólo se veían , dentro de sus cuencas, el blanco de sus ojos.

Sin embargo, jamás tropezaban en sus saltos, cabriolas y giros, con los demás danzarines, como si un radar mágico las guiara. Este radar era el cráneo reluciente del hechicero, y todos danzaban alrededor de él como los planetas alrededor del sol"

Cuando pasada la medianoche regresan los difuntos, él entrega una semilla a cada uno de los que danzan.

-¿Para qué?....

Saludos dominicales de Pedro Catela