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lunes, 1 de marzo de 2010

REFLEXIONES: LA VANIDAD


La Vanidad. Tiziano.
Foto: Google Dominio Público


Nos preocupa la buena opinión de los demás, primero porque nos es útil, y segundo porque queremos darles alegrías (los hijos a sus padres). Sólo hablamos de vanidad cuando alguien valora la buena opinión de los demás al margen de agradar. En tal caso, el individuo quiere complacerse a sí mismo, pero a costa de los demás. Bien haciendo que se formen una opinión falsa de él, o bien para lograr una opinión tan "buena" de sí mismo, que llegue a molestar a los otros (despertando su envidia). Por lo general, el individuo trata de asegurar y fortalecer ante sus ojos la opinión que tiene de sí mismo mediante la opinión ajena; pero el poderoso hábito de someterse a la autoridad, y por consiguiente, a recibirla sólo de los demás provoca que se confíe más en el juicio de otros que en el propio... Mañana sigo con el tema.



El tío Faustino,  desde Alicante

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