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domingo, 1 de junio de 2014

Una fábula de Esopo: EL AGUILA ALICORTA Y LA ZORRA.

               Se apoderó un hombre un día de un águila, le cortó las alas y la soltó en el corral, para que viviera con las gallinas.  Apenada el ave altiva, bajaba la cabeza y no comía: parecía una reina prisionera.
Otro hombre la vio y la compró, arrancándole las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo frotando sus alas con mirra. Entonces el águila, cogiendo el vuelo, apresó entre sus garras a una liebre para llevársela, agradecida, a su libertador.
La vio una zorra y le dijo:
-No es a éste a quien debes llevarle la liebre, sino a tu primer dueño; el segundo ya es bueno por sí mismo; procura mejor ablandar al otro, no sea que te atrape de nuevo y te arranque las alas.



Enseña esta fábula que debemos corresponder generosamente a nuestros bienhechores y por prudencia mantener a distancia a los malvados.


                                             Marpin y la Rana.

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