He estado unos días en Londres. De allí me he traído,
para colocarlo en un lugar bien visible, el emblemático poster en hoja
de lata (letras blancas sobre fondo
rojo): KEEP CALM AN CARRY ON, un mensaje concebido para levantar el
animo a la ciudadanía en 1939, a principios de la segunda guerra
mundial, que como las cosas que merecen la pena, ha conservado su fuerza
e incrementado su valor con el paso del tiempo, siendo actualmente todo
un icono.
No es moco de pavo el lema. La primera parte, invita
a NO PERDER LA CALMA, que prácticamente es lo primero que tendemos a
perder, además del sentido común, aunque esto último sólo pueden
perderlo los afortunados que lo posean previamente, que dicho sea de
paso, no somos muchos (En este momento la escribidora garraspea
disimuladamente por la inmodestia, así como quien no quiere la cosa)
¡Ejem! Continuamos.
La calma la pierden hasta los primeros que
gritan que no "panda el cúnico" tratando de decir que "no cunda el
pánico". Y es que es fácil perder los nervios, recurrir a los gritos, al
enfado, al perraque, al cabreo supino, a los destemples y rebotes, al
patatús, al jamacuco y a decir "Pies para que os quiero" cuando las
cosas empiezan a pintar de regular a mal, huyendo como las ratas en los
naufragios. Los hay que sólo con que una nubecilla manche el horizonte,
ya meten la cabeza bajo el ala por si el cielo cae sobre sus cabezas,
como diría Asterix. Y luego está el grado menos elegante y más borde de
perder la compostura, a mi modesto entender, que es echar la culpa de
los males al de al lado, cuanto más cercano, mejor. Y para no aceptar la
responsabilidad propia, se acude a la responsabilidad ajena, y llegan
gritos, desmanes, acusaciones e incluso violencia verbal o física.
Conservar la calma, no sólo es mantener la cabeza fría en momentos
difíciles, sino una actitud ante la vida que significa aceptar que todos
nuestros actos tienen consecuencias, y que por tanto, los únicos
responsables de lo que nos sucede, sea por acción u omisión, no es nadie
más que nosotros mismos. Entendido esto, a lo hecho pecho, siendo
momento de poner en práctica la segunda parte del lema: SEGUIR ADELANTE
PESE A TODO.
También tiene su enjundia eso de seguir adelante.
Porque hay veces que uno se metería en una cama, y no saldría más. O se
buscaría una isla perdida, o gritaría con convicción eso de "Tierra:
trágame" aun sabiendo que la ingrata tierra, que es capaz de formar
simas como la de las "Islas Marianas", no se moverá ni un milímetro
cuando tú cobardemente se lo pidas para desaparecer del mapa y que no te
encuentre ni el antiguo programa de Paco Lobatón.
Y hacer
ambas acciones imultáneamemte, esto es, conservar la calma y seguir
adelante a pesar de los pesares, eso ya es para nota. Y sólo para
aquellos que sean capaces de hacer dos cosas a la vez. ¡Caray, no sean
suspicaces, que no he mirado a nadie!
Yo voy a empezar mi primer curso de "Keep Calm and Carry On" Ya os contaré si progreso adecuadamente o repito en septiembre del año que viene.
FELIZ SÁBADO
Ranita
Blog de Marpín y La Rana
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