La nave de los locos
EL BOSCO
El maestro y matemático Cipolla, de gran inteligencia y complicada rima, lo merece.
Cipolla, en su obra "Allegro ma non troppo", entendía que había cuatro clases de individuos:
LOS INTELIGENTES: benefician a los demás y a sí mismos.
LOS DESGRACIADOS O INCAUTOS: benefician a los demás y se perjudican a sí mismos.
LOS MALVADOS: perjudican a los demás y se benefician a sí mismos.
Y por último, LOS ESTUPIDOS: perjudican a los demás y a sí mismos.
En el mismo libro pueden encontrarse Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana, según Cipolla:
1).- Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
2).- La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
3).-Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
4).-Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
5).-Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
Doy fe de que me he encontrado con grandes estúpidos a lo largo de mi vida, y son como Atila, que por donde pisan no vuelve a crecer la hierba. Cuando digo estúpidos, no hablo de inteligencia. Conozco a estúpidos supinos con coeficiente intelectual y/o carrera universitaria, al igual que conozco a personas de menor inteligencia o poca formación, que son realmente sabios. Hablo de estupidez en el sentido más "cipollesco". El estúpido -al mas puro estilo Forrest Gump- es el que hace estupideces cuando nada les obliga a ello. Las hace sin más. Sin causa ni motivo. Porque sí. Además, el problema de los estúpidos es que ni aún diciéndole que lo son, lo comprenden. Y si son capaces de comprenderlo siquiera por un segundo, les ganará su estupidez y se siguirán creyendo lo más de los más.¡Oh dioses, libradnos de ellos !¡Apartad de nosotros a esa caterva!
Cipolla, en su obra "Allegro ma non troppo", entendía que había cuatro clases de individuos:
LOS INTELIGENTES: benefician a los demás y a sí mismos.
LOS DESGRACIADOS O INCAUTOS: benefician a los demás y se perjudican a sí mismos.
LOS MALVADOS: perjudican a los demás y se benefician a sí mismos.
Y por último, LOS ESTUPIDOS: perjudican a los demás y a sí mismos.
En el mismo libro pueden encontrarse Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana, según Cipolla:
1).- Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
2).- La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
3).-Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
4).-Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
5).-Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
Doy fe de que me he encontrado con grandes estúpidos a lo largo de mi vida, y son como Atila, que por donde pisan no vuelve a crecer la hierba. Cuando digo estúpidos, no hablo de inteligencia. Conozco a estúpidos supinos con coeficiente intelectual y/o carrera universitaria, al igual que conozco a personas de menor inteligencia o poca formación, que son realmente sabios. Hablo de estupidez en el sentido más "cipollesco". El estúpido -al mas puro estilo Forrest Gump- es el que hace estupideces cuando nada les obliga a ello. Las hace sin más. Sin causa ni motivo. Porque sí. Además, el problema de los estúpidos es que ni aún diciéndole que lo son, lo comprenden. Y si son capaces de comprenderlo siquiera por un segundo, les ganará su estupidez y se siguirán creyendo lo más de los más.¡Oh dioses, libradnos de ellos !¡Apartad de nosotros a esa caterva!
Ranita
MARPIN Y LA RANA
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