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sábado, 15 de junio de 2013

Miguel Ángel BIENERT GARCÍA. Título. NINGUNA IMPORTANCIA.

                                               -NINGUNA IMPORTANCIA-

A mis espaldas se escuchan ruidos similares al crujir de huesos, me giro lentamente y veo docenas de caracolas de color azabache. Me pregunto ¿estoy dormido y soñando, despierto o muerto? ¿Esto es un túnel, dónde estoy?

Hace unos instantes he visto caracolas y conchas, ahora he creído oír las voces de mis padres, y sí. ¡No es posible! Miro al frente,  mis progenitores están mirándome fijamente. Cierro los párpados y al abrirlos llevo un chaleco salvavidas.

Mis padres me miran afectuosamente y en silencio. -Las sienes me van a explotar: Soy huérfano desde los cinco años. Naufragamos en el mar de las inútiles verborreas. Se ahogaron por salvarme. ¡Maldita sea!

Chapoteando en las ensoñadoras olas, las brumas envuelven y me encomiendo a mi Ángel de la guardia, vociferando a pleno pulmón: ¡Vuestro sacrificio no ha sido en vano!

En el interior del sinuoso túnel reflexiono y envejezco prematuramente, he perdido la cabellera, la dentadura y me siento muy viejo. 

¡Es inaudito! de las baldosas brotan seres de piel escarlata. ¡Son los ceres! Les reconozco por sus frentes angulares. Los ceres tienen esclavizadas a las sensuales fifi, diminutas hembras de transparente epidermis, forzadas a trabajar en sus minas de tifanita machista. En su cultura predominan los relojes de arena, están por todas partes; enclavados en los templos y en las artísticas atalayas, en las murallas; puertas sagradas y torreones. 
A mi encuentro sale el sacerdote político y religioso de las Paradojas, cordialmente me dice:-¡Viajero de los planos inferiores!

-¿Quieres conocer uno de los secretos de los cosmos y vidas?

-Me encantaría, antes quiero saber si los relojes de arena son la representación, símbolo y mito  de vuestros dioses o diosas...?

Luego te lo explico detalladamente, aunque no lo comprendas. Primero, admira nuestras murallas. Contempla los relojes labrados a cincel, por los señores y señoras de la Indolencia. ¡Cuando caigan todos los granos de arena de un recipiente a otro, se creará  un tiempo Muerto. ¿Lo entiendes?

Francamente no lo sé. (respondo y desaparece) Si miro a la derecha, el pasadizo se ilumina. Si miro a la izquierda una cascada de lágrimas me ponen la carne de gallina.

La sombra de una fifir, "similar a una mota de polvo con patas" espía y observa mis múltiples contrariedades, valiéndose de ágiles movimientos escala mi columna vertebral y se introduce por la hendidura de uno de mis pabellones auditivos, del oído se desliza cual tobogán a mi corriente sanguínea. A la altura del hipotálamo alcanza el epicentro de mis realidades y de mis sueños masculinos y femeninos. Entonces, mi yo se proyecta en una pantalla, es prodigioso, de la magia de mis pensamientos se escribe un letrero luminoso, si me pongo de puntillas puedo leer: ¡Bienvenido sea Kazin Rostro Pálido!

-Si miro más allá del letrero, me veo espigado y huesudo, no tengo cejas y  parezco sincero, he rejuvenecido un poco. No obstante encuentro cierta semejanza en mis esperpénticos rasgos. El paisaje se rompe, los objetos se tornan ambiguos. Siete enmascarados hieren con sus flechas a Kazin Rostro Pálido. Malherido remira la estela por donde pierde la vida, postrado en un charco de sangre púrpura, resopla vigorosamente y luego se deja morir, sencillamente se muere y no puedo evitarlo.


Las veredas se despejan y las señales dan vía libre a su espíritu "atrás" queda su cuerpo; en un estado de bienestar, cohabitando con superfluos paraísos donde no hay dioses, no hay ricos ni pobres, tampoco malas influencias. ¡Aparentemente es prodigioso!

Kazin Rostro Pálido se desintegra en la inmensa explanada y se integra en el mundo de Transitoria. Durante instantes, observa la grisácea alegría de los lugareños. Al trovador popular le siguen un corro de curiosos, son los cuerdos-locos de la villa y el espíritu de Kazin.

Al cabo de un rato, la comitiva  llega a las playas de Pisabú. Las hogueras están encendidas y las viandas dispuestas, hay arlequines de Soma, titiriteros y bailarinas de Lisud. Maniquíes de los pueblos de Cono, artistas y malabaristas mezclándose con músicos de Sibaburu. 


La divertida algarabía y los vítores del populacho contagian al que fuera Kazin, un halo de su energía le acepta con resignados aleteos, y a la vez se rebela contra su destino "No se ve comiendo a dos carrillos, no tiene cuerpo físico y sí lo tiene."

Regresa el sacerdote político de las Vanidades o de lo qué sea, humildemente se arrodilla y dando 3 palmadas, la fiesta y el jolgorio terminan.

Los seres gritan alterados, ansiosamente e insatisfechos lo aceptan. -Kazin-piensa- También aquí " LO SUBLIME SÓLO DURA UN INSTANTE."

Entonces comprende lo que sucede y  camina detrás de unos y lejos de otros. Dos duendes, Tul y Pul acompañan el  espíritu de Kazin Rostro Pálido, se acuestan en él, ahora Kazin hace las veces de cama de paja,  Rostro Pálido les acuna y  no tardan en dormirse. Vigila los sueños de los duendes condenados a soñar siempre lo mismo: Esa noche vuelven a soñar con las pesadas  ruedas que incansablemente  los persiguen. Tul y Pul corren a largas zancadas, mientras grita ¿Por qué quieren aniquilarlos?-

-Los cuerpos circulares -replican despectivamente- "Estáis invadiendo nuestro camino, jamás desviamos nuestra trayectoria por nada, ni por nadie."-

-Tul y Pul se apartan como hacen siempre y caen en los campos de las dudas. Extrañamente no titubean, sino que pisotean unas gruesas raíces que estallan con sobrecogedores rugidos. 
Espera el Hada de las trenzas Ninguna Importancia.
Tul y Pul al verla canturrean: ¡Otra vez salvados!
Y el Hada de las trenzas Ninguna Importancia, -nuevamente dice compasivamente: Cerrad los ojos y formulen un deseo.-

-Tul, pide ser un loco en vez de un cuerdo. Pul pide flotar a ras del suelo.-

El Hada concede los deseos y espera.-

Kazin Rostro Pálido observa la escena perplejo,  yo le observo a él, a los duendes y al Hada, no sé qué pensar o decir respecto a lo acontecido.
"No me hagan caso. Son tonterías sin ninguna importancia!."



FIN 




 Marpin y la Rana

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