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domingo, 29 de julio de 2012

¡Bueno o malo hoy ya es domingo! El final de la noche llorando.

     
Temprano he salido a dar un paseo por la playa y he visitado unas salinas abandonadas,  arranqué del blanco suelo una roca de sal; vano recuerdo duro y efímero si es desgranado o lo diluyes en agua. Más tarde he visto algunos controles de la guardia civil,  una larga cola de vehículos y cientos de jóvenes con dos pendientes o sin ellos, el pelo pincho o liso, borrachos, drogados y llorando, luego riéndose, esperando y llorando. Consecuencias de nuestros actos que acaban pagándose tarde o temprano.

                  A pesar del apacible caos, el domingo ha nacido glorioso como todos los domingos que caminan hacía  su final, ahora bebo un café con leche y entre sorbo y sorbo pienso en una vida alegre, triste  y maravillosa. ¡Ay, todo esto que les cuento es verdad!


 Marpin y la Rana.

1 comentario:

Pilar Abalorios dijo...

Me gustan las salinas, evocar el paso del tiempo en cada grano de sal, tanto en tan poco.

Sobre los jóvenes y sus excesos, quizás precisamos entender que la vida no precisa que la pongamos a prueba tantas veces.

Un saludo