Temprano he salido a dar un paseo por la playa y he visitado unas salinas abandonadas, arranqué del blanco suelo una roca de sal; vano recuerdo duro y efímero si es desgranado o lo diluyes en agua. Más tarde he visto algunos controles de la guardia civil, una larga cola de vehículos y cientos de jóvenes con dos pendientes o sin ellos, el pelo pincho o liso, borrachos, drogados y llorando, luego riéndose, esperando y llorando. Consecuencias de nuestros actos que acaban pagándose tarde o temprano.
A pesar del apacible caos, el domingo ha nacido glorioso como todos los domingos que caminan hacía su final, ahora bebo un café con leche y entre sorbo y sorbo pienso en una vida alegre, triste y maravillosa. ¡Ay, todo esto que les cuento es verdad!
Marpin y la Rana.
1 comentario:
Me gustan las salinas, evocar el paso del tiempo en cada grano de sal, tanto en tan poco.
Sobre los jóvenes y sus excesos, quizás precisamos entender que la vida no precisa que la pongamos a prueba tantas veces.
Un saludo
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