Para él, los "te-quiero" tenían que ser como las Orquideas, exquisitos, raros y peculiares. Únicos cual nenúfares que crecen entre lodo sólo en determinadas temporadas y condiciones climáticas. Para ella, los "te-quiero" tenían la habitualidad de lo cotidiano. Los necesitana como respirar o para saciar su sed, como que el sol entrando en su estancia cada mañana. Eran "te-quieros-jazmines", pequeños e infinitos, que caían como lluvia mansa sobre aquel amor tan especial de ambos. Perfumando todos sus instantes. Dejando el olor en la habitación y en las pieles. Cada uno de ellos era como el anterior y como el siguiente, aparentemente iguales, las diferencias estaban en la intención.
- No me digas te quiero cada día- pensaba él. La costumbre hace que parezca que pidas la sal.
- Dime te quiero todos los días, por favor- pensaba ella. Yo lo necesito ¿No ves que su falta se parece un poco al abandono?
Ranita
4 comentarios:
Me sentí identificada.
Besos mil.
Entre el jazmín y la orquídea me quedo con el primero, pero entiendo la belleza sublime y perfecta de la orquídea, quizás será maravilloso poder combinar ambos.
Precioso, Ranita.
Hay amores que son realmente especiales, lo importante es que cada uno, a su manera, perfumen su vida y la de los demás. Buen fin de semana, ranita.
Precioso ,Ranita me encanta lo q escribes besosssss
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