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jueves, 14 de abril de 2011

ESOPO y sus fábulas. No hay documentos auténticos de la existencia de Esopo y las contradictorias leyendas inventadas a costa de Esopo hacen dudar de su existencia.




Ciertos pasajes literarios de autores griegos (Heraclio de Ponto, el escoliasta de Aristófanes) le dan como existente en carne y huesos y natural de la Tracia, esclavo de Jantos primero, liberto después de Idmon. Con relación a la época en que vivió Esopo, igual incertidumbre. Según Herodoto, años 570-526 antes de la Era cristiana; según Heraclio de Ponto, hacia 540; según Fedro y otros, por los años de Pisistrato, 612 - 527.
Hay una leyenda que atribuye a Esopo la resurrección, después de pasar por los infiernos, para vivir una segunda existencia. Ptolomeo Efestion no sólo da a Esopo por resucitado, sino como combatiente también en las Termópilas; Suidas llega a decir que Esopo escribió en dos libros su tránsito por Delfos.
En las fábulas de Esopo hay una especie de enseñanza moral; no es una doctrina, sino un conjunto de ideas de carácter pragmático, inspiradas por la experiencia cotidiana de la vida, muy alejadas de las pretensiones metafisicas de la moral de Sócrates y de Platón.


LA PERDIZ Y LOS GALLOS


Un hombre que en su casa tenía dos gallos, compró una perdiz doméstica y la llevó al corral para alimentarla con los gallos. Estos la atacaban y la perseguían, y la perdiz, pensando que la maltrataban por ser de raza distinta, estaba humillada. Pero días más tarde vio que los gallos se peleaban entre sí y que cada vez que se separaban estaban cubiertos de sangre; y entonces se dijo para sí misma:

-No me quejo ya de que los gallos me persigan, porque veo que no están en paz ni aún entre ellos.

Enseña esta fábula que los hombres discretos sufren fácilmente las ofensas de sus vecinos al ver que éstos no perdonan ni aún a sus parientes.



El blog de marpin y la rana

3 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Bajo el nombre de Esopo, quizás se esconde la sabiduría más popular, el saber de la realidad.

Núria dijo...

Interesantísima entrada, amigos. Haya existido o no, lo cierto es que las moralejas de cualquier fábula suelen ser el eco de la sabiduria popular y un recordatorio de nuestros principios morales, que no debemos olvidar.
Disculpad mi ausencia durante un tiempo en visitaros...a veces las prioridades nos olbigan a darles sitio preferente...
Un abrazo muy grande!
Núria

EL BLOG DE MARPIN Y LA RANA dijo...

PILAR Y NURIA: Mil gracias a las dos, por vuestra compañía tan grata.

Un gran abrazo.