Un grupo de seres esperaban. En silencio. No había tristeza en sus rostros, tampoco alegría. Todos ellos sabían que otros semejantes iban a dejar su existencia de un momento a otro, como les había pasado a ellos. Sin darles tiempo a ordenar sus asuntos, a despedirse de sus seres amados. Sin posibilidad siquiera para comprender. En su caso, habían sentido un fuerte ruido y un dolor desgarrador dejando su existencia entre los hierros retorcidos de una estación de Madrid. Los que estaban a punto de llegar, venían del pais donde un sol naciente ondeaba en su bandera. Algunos habían sentido como temblaba su mundo y la desesperación de no tener salida. Las lágrimas de todos los muertos a lo largo de la historia, avanzando en forma de gigantesca ola, se llevó la vida de otros.
Uno de ellos, habló dirigiéndose al resto: Ya vienen. ¡Vamos!
Y con los brazos abiertos, se acercaron a recibir y consolar a los que avanzaban maltrechos y desorientados.
Marpin y Ranita
6 comentarios:
Hola amigos.
Una fecha de tristes sucesos para no olvidar.
Besos Montserrat
Es parte de nuestra historia, aunq quisieramos olvidar, besos
menudo día, desde luego... Una bonita dedicatoria con mucha delicadeza. Un abrazo
Me uno a vuestro recuerdo. No olvidemos, hagámoslo en memoria de las víctimas...
Emotivo post, amigos!
Un abrazo,
Núria
Emocionante y emotivo ;un texto limpio, sin apenas alusiones directas...no hace falta.... en seguida nos hemos dado cuenta de a quien iba dirigído éste tributo. Conmover con esa sutileza extraordinaria es muy difícil, y lo habeís conseguido sin ensañamientos...de manera elegante. Mi corazón ha palpitado atropelladamente ,y las lagrimas han empañado mis ojos...¿Porqué tanta maldad?. ¿Porqué tanto odio?....nunca en mi raciocinio lograré comprenderlo. Un gran abrazo de Cristina.
Muchas gracias a todos, amigos de tantas horas.
Bienvenida Cristina, y gracias por tus palabras.
un abrazo.
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