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miércoles, 9 de marzo de 2011

En toda clase de amor femenino se deja ver también algo de amor materno. "Mi madre, mi madre revisó el paracaídas"



Pocas  horas antes del desembarco de Normandía, a las 21.30 horas del 5 de junio de 1944, cientos de paracaidistas se disponían a despegar en sus aviones C-47 para saltar sobre suelo francés. Mientras permanecían en el interior del avión, muchos pensaban en si su paracaídas se abriría correctamente cuando saltasen por la portezuela del aparato. Aunque eran concienzudamente repasados, nadie escapaba a ese temor.
Tan sólo había un hombre que estaba bien tranquilo, el norteamericano Robert Hillman. En primer lugar, advirtió que, según la etiqueta, su paracaídas había sido fabricado en su ciudad natal, Manchester (Connecticut, EE.UU.), lo cual lo interpretó como un buen augurio. Pero la sorpresa no acabaría ahí: para sellar su responsabilidad, el encargado de la revisión imprimía sus iniciales en la etiqueta y las que había allí eran precisamente las de su madre, que trabajaba en aquella fábrica.
Por una jugada del destino, teniendo en cuenta que había un gran número de fábricas  de paracaídas y que cada una contaba con cientos de trabajadores, su propia madre había sido la encargada de velar por que su hijo tuviera un salto sin contratiempos.




-J.H-

El Blog de Marpin y La Rana, saltando al vacío.



5 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Es que una madre, es una madre y esta fue una supermadre.

Un abrazo, Montserrat

escuchando palabras dijo...

Esta bueno ser protectoras pero dejemos crecer a nuestros hijos, sino los soltamos no veran la vida con sus propios ojos...besitos

Anónimo dijo...

Es amor de madre
SONSOL

Maria dijo...

madre solo hay una y como tal debemos enseñar a nuestros hijos loke sabemos aunke habeces ellos mismo deben aprender cosas un besito ranita

Núria dijo...

Es que madre no hay más que una y, cosas del destino o no, seguro el muchacho se sintió más seguro al saber que había pasado el paracaídas por las manos de su madre...
Un abrazo!
Núria