Continuando con las confusiones creadas por los apellidos similares, como la historia de Page y Pape, en 1943 se dio otro caso curioso. El soldado norteamericano Bill Purdy, de Ithaca (Nueva York, EE.UU.), tenía una novia desde hacía siete años, cuando fue llamado a filas. Estando en el campo de instrucción de Camp Croft, en Carolina del Sur, su novia le enviaba cartas a la semana y una caja de galletas, elaboradas por ella misma.
Por un error en la oficina de correos del Ejército, esas cartas fueron enviadas a otro soldado llamado también Bill Purdy. Éste respondió a la chica explicando la confusión y felicitándole por sus excelentes galletas, habiéndose comido todas al no poder resistirse a la tentación de probarlas, pese a saber que él no era el destinatario. A su vez, ella le dirigió otra carta dándole las gracias por el halago, lo que fue el inicio de una larga relación epistolar.
Cuando el primer Bill Purdy regresó a su ciudad se encontró ¡con que su novia se había casado con el segundo Bill Purdy! No obstante, supo encajar el contratiempo con buen humor; una vez que el curioso episodio apareció en la prensa local, declaró que, "no me importa que me haya quitado a mi chica, lo que de verdad me molesta es...¡que se comiese mis galletas!".
-Jesús H.-
El blog de marpin y la rana
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