EL BLOG COMPARTIDO

domingo, 30 de enero de 2011

Y estando triste cantaba . La palabra responde, por el mundo.


Hay mañanas en que oímos el mar, la tierra en ella.
Es una cueva oscura, o un relampago fijo.
Noches que se iluminan con la palabra humana.
¡Un firmamento o voz!
Pero a veces, muchas más veces, la palabra limita
con el hombre, es el hombre. La palabra gimiendo,
la palabra escuchando. ("Dime, amor"). La palabra
escupiendo, apostrofando, reuniendo.

Clamando como sólo una ardiente campana
fundida y aún colgante, vibrando, reclamando,
mientras todos los hombres a su voz se concentran,
y hay un coro de brazos, de puños proferidos,
una voz, y son todos.

La palabra es un hilo
de voz, y es una madre.
Y es un niño esperando.
Y es un padre en su fragua.

Y es un carbón brillando.
Y es un hogar que ardiendo quema las voluntades,
y nace el hombre " y la mujer"  nuevo.

Palabra de los hombres que hacen al fin un domingo.
Muchachas que descienden de las lomas queridas,
de las muy esperadas.
Muchachos que les dicen palabras como auroras,
como besos redondos,
besos como horizonte o palabras cantadas.
Palabra o coro cierto con las manos prendidas,
rodando, oh sí, girando
en el diáfano día.

-Vicente Aleixandre-

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1 comentario:

Pilar Abalorios dijo...

Palabras en una mañana de domingo que me traen de nuevo a la memoria a los miles de hombres, mujeres y niños que las blanden reclamando libertad.

Un beso de domingo