No hay silencio en la plaza, es por el vertiginoso ronroneo del motorcillo.
-¡Tengo que triunfar! - dice Pedro Manuel, quebrando el sonido del motor y del silencio no profundo-. Me he levantado de buen pie y estoy relajado- ha añadido con desparpajo. Milagrosamente el motor aminora su implacable velocidad.
Todos nos sentimos aliviados. Pedro Manuel habla por los dos codos ¡Adiós a la opresión. Bienvenida aceptación! Las ventanas abiertas o cerradas y entran miedos. Les detienes y piensas: "Lo que a ti te enfada y disgusta, yo lo recibo con optimismo y positivamente, hasta los menosprecios. La libertad es variada. Vive con pocas prisas y menos horarios. Amando y gozando, siempre que puedas elegir lo qué deseas de la vida...
El blog de marpin y la rana
1 comentario:
Granada, que sueño.
Besos.
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