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lunes, 13 de diciembre de 2010

BEBIENDO Y VIVIENDO




Él llegó antes de lo previsto. Ella olía a alcohol y tenía la sonrisa tristísima de las personas ebrias. Como niña sorprendida en plena travesura, intentaba disimular y reía estúpidamente. 

-¿Cómo has venido tan pronto?-le preguntó  con algodones metidos en la boca.

Ni él supo bien qué decir ni ella entendió. El gesto del hombre se había torcido ante la evidencia. 

Neciamente  preguntó: -¿Has bebido? Estúpida pregunta, que no debería hacer quien tiene la respuesta ante los ojos. Pero ella lo negó. ¡No he bebido! ¡Y tú no eres mi padre y no tengo que darte cuentas de nada! ¿Y sabes lo que te digo? ¡Que ahora voy a beber cada día hasta que me destruya totalmente!

Con su pequeña mano cogió la suya grande y le llevó al dormitorio. Se tumbó de golpe en la cama arrastrándole con la inercia de su abrazo. Hablaba deprisa con incoherente entusiasmo, repitiendo  las frases. Era inútil el ardid. Él seguía con gesto adusto y serio y ella sólo quería cerrar los párpados sin importarle en absoluto volver a abrirlos o no.

-Te quiero mucho -le dijo  en el lenguaje de los borrachos. Y era cierto.

Él no quiso ni supo entenderlo. -"Dimelo cuando estés serena".

Aquella frase abrió una sima por la que comenzó a filtrarse el helor de los infiernos.

- Lo he intentado todo, no sé qué más puedo hacer. Sí. ¡He bebido! Sé que no tenía que haberlo hecho. No es nada malo. Es lo que hacen cada día miles de personas. ¡Sólo he tomado un par de vinos! La gente bebe y nada les ocurre- clamó con rabia.


- Pero a ti te mata -le espetó él con crudeza-. Y de paso, a mí también.  

Por las mejillas de ambos resbalaron lágrimas. La mujer secaba las suyas a dentelladas. Él seguía sin terminar de entender. Ella le oía muy lejano argumentando "no-sé-qué". Como si para emborracharse hubiera una razón convincente. Lo hacía personal. Y en esos momentos, ella deseaba a la vez que estuviera muy lejos, para que no la viera en ese estado, pero también muy cerca para desahogar la rabia del borracho contra alguien.


-"No tenías que haber tomado alcohol, aunque fuese sólo porque yo venía". 


Silenciosamente, la mujer le  gritaba desde los barrotes de sus derrotas: - "No eres tú la culpa o causa de que yo beba o no. Soy yo. ¡Soy yo! ¿Es que no lo ves?".

- ¡Vete, largate y sal de aquí! ¡No quiero que me veas borracha! ¡Y no me toques! !No quiero volver a verte en mi vida!- le gritó con la chulería de los que han traspasado la barrera. El había dudado de lo que no admitía dudas y su orgullo se revelaba. Era un alma rebelde, y el alcohol daba alas a su rebeldía.  ¡Vete! ¡No te quiero! ¡Cobarde, hijo de puta!

Después vinieron palabras que matan. Ella daría la vida por no haberlas dicho y él por no haberlas escuchado. Palabras-Dardo clavadas queriendo y sin querer donde más daño hacen,  recibidas a traición, porque su destinatario no entiende porqué se las arroja por la espalda quien tanto ama. ¿Estaban ya ahí esas palabras en forma de pensamientos? ¿Las moldea  el alcohol? Y en ese caso...¿con qué instrumentos? ¿Con los que ya habitan el alma de esa persona? Esa mujer que tantas veces dijo amarle, le pedía a gritos que se fuera de su vida cuando la botella rozaba sus labios. Una y otra vez. Laberintos de caminos desgarrados. Efectos colaterales. Gravísimos insultos, faltas de respeto. Negaciones. Ella le había escupido a la cara las peores cosas que puede oir un ser humano. Inútil negar que estuvieron presentes y que causaron un terrible dolor, porque hay cosas que desgarran los etéreos tejidos del alma.

Cuando se despertó, él seguía a su lado. Derrotado y muy solo. Terriblemente solo. La había arropado y había velado sus sueños y pesadillas, como tantas otras veces, pero a él nadie le había dado calor.  Los efectos etílicos se iban alejando. La mente de ella salía de las brumas de la crueldad, porque alcohol es eso: pura y dura crueldad para todos.


El sabía de la lucha titánica que su mujer mantenía, minuto a minuto, día a noche,  contra un veneno que vendían impúnemente en las tiendas, y que ella escondía en los rincones del hogar. Meses de abstinencia contra un minuto de debilidad, era suficiente para que se provocara  un caótico naufragio. No era justo el estigma de la que luchaba a brazo partido para mantenerse a flote. No era  justo para ninguno, él la amaba por encima de lo malo y de lo bueno. Jamás se habían engañado. Pero las recaídas de ella tenían sobre él un efecto devastador. Y eso tampoco podía negarlo. Ahora ambos eran dos eriales abrasados por el fuego.

- ¿No te has ido?- le preguntó ella.

-No, claro que no. Abandonar es siempre el camino fácil.  La respuesta, para él,  era obvia como el aire que respiraban. De sobra sabía que lo seres humanos abandonan muy rápido a quienes dicen amar. Pero él era de otra pasta.

-Perdóname- dijo la mujer. 


Por supuesto que la perdonaba, aunque perdón no fuera siquiera la palabra adecuada. De sobra lo sabía ella, pero también era bueno que pidiera ese perdón y que él lo escuchara. Necesitaba oir que ella lo sentía, que se arrepentía de aquel caos. Que no pensaba de él todas esas cosas horribles que le había dicho. Que procuraría seguir luchando con todas sus fuerzas. Hay palabras necesarias como el aire, vitales. Imprescindibles para poder seguir respirando. Esas palabras abrían una puerta hacia la esperanza.


- Lo siento mucho, repitió ella. 

Y entonces, de nuevo,  comenzó a girar la Rueda de los Desamparados.


DEDICADO : A los seres que diariamente batallan contra sus demonios. A los que les aman. A las pequeñas pero enormes victorias de su día a día. A los que lloran en silencio sus recaídas. A ti que me ayudaste a entenderlo. A ti, que no permites que  jamás se me olvide. A los que dejan de luchar ante el desanimo. A los que dejan de creer en ellos. Por la esperanza muerta, renacida y nuevamente asesinada. Por tantas lagrimas inútilmente derramadas. 
Para que mañana amanezca para ellos, y para mí.

M.G

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Ke bonito mensaje.

Anónimo dijo...

Ke bonito mensaje.

Quentetar dijo...

........MARVELLEIX

MORGANA dijo...

Duro pero real,espero que mañana salga el Sol para ellos.
Besos.

Maria dijo...

un precioso mensaje,ojala muchos seden cuenta atiempo y no sufran las consecuencias deno dejarlo atiempo un beso

Tatiana Aguilera dijo...

Odiosamente real, una historia que se vive a diario en todas las culturas, credos, lenguas y pensamientos. El alcohol, las drogas, son el veneno que destruye familias y lazos que parecen eternos.
Un abrazo.

escuchando palabras dijo...

Untema polemico, las adicciones, ojala q muchos encuentren seres q puedan contenerlos para salir de la oscuridad...besitos

Anónimo dijo...

el alcolismo
es una enfermedad
Galindo

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hace años vi una pelicula que se llamaba Días vino y rosas. La protagonizaba Jack Lemmon y lee Remick

Las personas alcohólicas tienen una lucha muy dura y tienen que tener apoyo de sus familiares y Centros de Alcohólicos anónimos

Yo cuando veo las jovencitas/os tirados por la calle después de un botellón, siento mucha lástima.

Haz hecho un relato muy duro y a la vez amoroso por parte de la pareja de la chica alcohólica.

Un abrazo, Montserrat

Anónimo dijo...

felices fiestas y besos para todos