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jueves, 18 de noviembre de 2010

Vídeo de la Torre del Desamor.


Cuenta la leyenda que la torre que muestra el vídeo, 
fue construida a finales del siglo diecisiete. 
Y que sus habitantes...¡no son de este mundo!  

 


Mirad esta torre. Ha sido restaurada y modificada incontables veces. En mil setecientos cuarenta, 
vivían en los sotanos de la torre la familia Martínez Pérez y su única hija Caridad. Eran los caseros 
contratados por el administrador de los  Marqueses de Alcacerías.  Cuando
 los señores visitaban sus posesiones en  la región de Murcia, 
 se alojaban en la primera y la segunda planta del edificio, que habitualmente estaba destinado a refugio de caza.

En la ausencia de los marqueses, los caseros custodiaba la pequeña fortaleza, pero seguian viviendo en las dependencias de los sótanos. Los dos hijos de los marqueses,  viajaban frecuentemente a la zona, y ambos se enamoraron perdidamente de Caridad.Una tarde,  los hermanos tuvieron una disputa por la muchacha, y acabaron matándose el uno al otro. Los caseros encerraron a su única hija en el sótano, acusándola de veleidosa y haber llevado a la ruina a dos familias.  Esa misma noche,  la marquesa -muy enajenada-  peleó con el destrozado marqués, pues la madre quería poner a los pies del ataud de sus hijos, según una tradición de su familia por generaciones, una pizca de sal. En la madrugada, cuenta la leyenda que  saltaba  al vacío desde lo alto de la torre.

El afligido esposo, perdida la cordura,  asesinó con sus propias manos a los caseros, ordenando antes del alba, que tapiaran puertas y ventanas con todos los muertos y la hija viva dentro 

Cada  año nuevo los actuales propietarios, con domicilio en Panamá,  envian una pala gigante y
cuatro camiones cargados de sal gruesa de Guardamar,  con la que llenan e inundan como si fuera un silo el torreón del Desamor hasta la altura del tejado. Dicen que así, los fantasmas de aquellos desgraciados no pueden salir de la torre y vagar por el mundo. 


Videos  marpin y la rana

1 comentario:

Pilar Abalorios dijo...

Que historia más inquietante, más que del amor diriase de la desgracia y la sal.

besos