Miguel Hernández
¡Será posible que incluso en los umbrales de mi muerte aún siga pensando en alcanzar la gloria! Y es que en mi cabeza, tan sólo cerrar los ojos, resuenan las coplas de Manrique, nacidas del tardío romancero, junto al sublime cantar de San Juan y el chasquido increíble de Quevedo.
¡Les envidio tanto que, te pido Señor! ¿Si existes? Me des resignación y un poco de templanza; pues sin tu ayuda ya, no hay esperanza.
-Miguel Hernández-
El blog de marpin y la rana
1 comentario:
Que linda acaricia nos hace Hernandez, me gusto muchooo, besos chicos
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