Hoy en día la humanidad está agobiada con dificultades, penas y dolores, nadie se escapa de eso; el mundo está empapado en lágrimas, pero gracias a Dios el remedio está a nuestro alcance. Alejemos nuestros corazones del mundo material y vivamos en el mundo espiritual. Solamente eso nos puede dar la libertad. Si estamos acorralados por las dificultades tenemos únicamente que llamar a Dios y por su Gran Piedad encontraremos ayuda.
Si el dolor y la adversidad nos visitan, volvamos nuestros rostros hacia el Reino y la consolación Divina se vertirá sobre nosotros.
Si estamos enfermos y angustiados, imploremos la curación a Dios, y Él contestará nuestra oración. Cuando nuestros pensamientos estén llenos de la amargura de este mundo, volvamos nuestros ojos hacia la dulzura de la compasión de Dios y Él nos enviará la calma celestial.
Aunque estemos prisioneros en el mundo material, nuestro espíritu puede elevarse hacia el cielo y seremos libres de verdad.
Cuando nuestros días estén llegando a su fin pensemos en el mundo eterno, y nos sentiremos llenos de felicidad. Y no os angustiéis cuando encontréis las dificultades y depresiones mundanas, porque todo esto pasa- y vuestra será la inmortalidad por los siglos de los siglos, las épocas.
El blog de marpin y la rana
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