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martes, 7 de septiembre de 2010

Schopenhauer habla del sufrimiento del mundo, del lamento y de la furia de la vida...




Velo de Maya

...de las múltiples encarnaciones de la voluntad. Se expresa con una vehemencia tajante.
¿Acaso es la vida un infierno? No del todo, se le aproxima, es una especie de degustación. Parecida al infierno ciertamente, ya que cada expresión definida de la voluntad de vida, incluso la propia necedad metafísica, es en sí un terrible error, un pecado, y está claro que tiene de entrada cierta afinidad con el infierno.
El velo de Maya: la gran alucinación de la desigualdad y de la injusticia de la suerte, de los caracteres, de las situaciones y de los destinos radica en el principium individuationis. Diversidad e injusticia son sólo atributos de la multiplicidad en el tiempo y en el espacio, que es sólo aparición. La representación que del mundo tenemos como individuos, y en méritos de las atribuciones de nuestro intelecto, que en auténtica realidad no es más que la objetivización de una sola voluntad de vida, se refleja en general y en particular, tanto en ti como en mí. Pero esto es lo que no reconoce el individuo que tanto se quiere apartar del conjunto y, ¿cómo había de efectuarlo, si el velo de Maya , que envuelve su mirada y al mundo entero le impide alcanzar las condiciones de su conocimientoy la contemplacíón de la verdad? No contempla el ser de las cosas, que es sólo uno, sino más bien sus apariciones, distintas, separadas, incluso contradicctorias: contempla a la alegría y a la tortura, al torturador y al tolerante, la vida divertida de uno y la miseria del otro. Tú afirmas, precisamente lo uno, referido a ti mismo, y niegas lo otro con igual referencia. La voluntad que es tu origen y tu esencia te requiere reclamar la felicidad, las alegrías y los placeres, y tiendes las manos hacia ellos y, luego las aprietas hacia ti, y con ello se te escapa con tal afirmación de la voluntad afirmas todas las torturas de la creación y las acercas a tu pecho. Lo malo que tú haces con ello, lo que agregas, de otra parte tu indignación contra las injusticias de la vida, pero también la envidia, la nostalgia, las apetencias, - todo ello procede de la alucinación de la multiplicidad, del error de que tú no eres el mundo, ni el mundo eres tú-, sí, todo proviene de la diferencia ilusoria entre el "Yo" y el " Tú", de la fantasmagoría de Maya. Incluso tu temor a la muerte proviene de aquélla.

El blog de marpin y la rana

  

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