EL BLOG COMPARTIDO

martes, 7 de septiembre de 2010

A Martha Bernays. Viena, jueves, 15 - 11 - 1.883. Cinco de la tarde.




 
"Venus Verticordia"- Rossetti.


Mi dulce princesa:

Este será tu nombre de ahora en adelante. He pensado en ti más de lo corriente durante estos últimos días, y quiero recordarte- deseándome suerte y éxito a mi mismo para cuando llegue de nuevo la fecha que conmemora la iniciación de nuestro idilio. Sin embargo, no tendré que declararme nuevamente, ¿no es verdad? Hoy es fiesta y no he dado golpe, habiendo procurado expansionarme un poco. Hace un tiempo horrible. Esta tarde, creo que iré a a ver a Hammerschlag. Estoy tan cansado que me hará bien la  compañia de personas amigas. Por otra parte, no me cabe duda de que me preguntarán por ti, dándome ocasión de hablarles de tu persona. El ensayo de Georg Brandes (historiador y crítico literario danés) ofrece sólo una impresión personal del hombre y dista de ser una evaluación de su impacto en nuestra historia contemporánea. Yo tuve la idea de leerlo cuando Theodor Gomperz (catedrático de Clásicas en la universidad de Viena) me confió la traducción de su última obra. Me disgustaron su estilo poco vital, pero posiblemente, fue el hombre que en este siglo se ha mostrado más capaz de liberarse de la dominación ejercida por los prejuicios habituales. En consecuencia, pues siempre existe una correlación-, careceria de sentido 
 de lo absurdo en diversos puntos (por ejemplo, en lo que se refiera a la emancipación de las mujeres), así como en su enfoque global de la cuestión femenina. Recuerdo que uno de los principales argumentos en el libelo que traduje consistía en que la mujer casada puede ganar tanto como el marido. Yo estimo que el cuidado de la casa y de los niños, así como la educación de éstos, reclama toda la atención de la mujer, eliminando prácticamente la posibilidad de que desempeñe cualquier profesión. Y seguirá siendo así el día en que las cosas se simplifiquen y los adelantos liberen a la mujer de la limpieza, la cocina, etc. El olvidó todo esto, del mismo modo que omitió todas aquellas relaciones que toman como base el sexo. La actitud que mantenía respecto a  su propia esposa  me parece inhumana. Se casó con ella ya viejo, no tuvieron hijos, y la cuestión del amor, tal como nosotros la conocemos, ni siquiera se esboza en su obra. Encuentra,  por ejemplo, analogía entre la opresión de la mujer y la que sufren los negros.


Adiós, mi dulce niña.
Saludos y besos afectuosos de tu Sigmund Freud.

                                                             El blog de marpin y la rana


3 comentarios:

MORGANA dijo...

Y en pleno siglo XXI sigue existiendo una discriminación hacia la mujer¿No crees?
Besos.

Anónimo dijo...

lo que existe, ademas, es una discriminacion hacia los hijos.

EL BLOG DE MARPIN Y LA RANA dijo...

Si Morgana, sigue existiendo discriminacón hacia la mujer: el burka, las lapidacions, los distintos sueldos por el mismo trabajo, las muertas a manos de sus parejas o ex-parejas.

Aún queda un largo camino.