En el año 1.460, en Berna, Suiza, a 50 brazas de profundidad fue desenterrado de una montaña un barco,
del que obtuvieron mineral metálico y en el cual había 48 cadáveres, con otras mercancías. Que tales cosas se encuentran habitualmente en las cumbres de los montes lo insinúa Aristóteles en sus meteoros.
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