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Microcosmos
En la vida de Franz Kafka se echan de menos los constantes cambios que caracterizan las biografías de tantos otros escritores del siglo XX. No cambió a menudo de domicilio, no hizo grandes viajes, ni tuvo eso que se acostumbra a llamar experiencias formativas, ni encuentros decisivos con otros escritores; ni siquiera conocía personalmente a sus contemporáneos austríacos más importantes, como Musil, Hofmannsthal, Rilke o Trakl. Seguramente conocía sus obras- "era un lector a veces entusiasta (por ejemplo de Thomas Man), aunque no escrictamente sistemático-, pero se autoexcluyó de la participación directa en el debate literario. Fue, a lo sumo, un espectador lacónico y reservado en ese debate, que enviaba manuscritos, normalmente solo cuando se lo pedían, a revistas y editoriales, y cultivaba unas pocas amistades. Fue la suya una existencia provinciana, a los cuarenta y un años fue enterrado en el cementerio local de Strasnice.
Marpin y La Rana
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