El enfermo Imaginario. Honoré Daumier.
El médico Filodoto, curó a un rey melancólico que pensaba que su cabeza estaba fuera de su sitio, poniéndole un gorro de plomo: el peso hizo que la percibiera y le liberó de su ingenua fantasía.
Una mujer, según el dicho Alejandro, creía que se había tragado una serpiente; él le dio un vomitivo y puso una serpiente en el recipiente, como pensaba la mujer, y a la vista de ella se corrigió.
El blog de marpin y la rana
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