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jueves, 6 de mayo de 2010

REFLEXIONES: Encadenado a un almendro.




 "Almendro en flor". Van Gogh.



El perro de mis vecinos vive su tiempo y  vida atado a una larga cadena. Le veo corriendo de un extremo a  otro. Pasan  los meses y sigue encadenado. Hoy, me imagino que es un hombre en vez de un can. Reflexionando enajenadamente, y sin perder de vista a la cordura, me  digo:  ¿Debo saltar la valla y liberar a quien otro u otros han encadenado? ¿Me hago el loco ? ¿Y si el hombre que antes era un orangután, perdón,  un perro, no quiere que le libere?  ¿Y si se ha condenado voluntariamente...?

En la trepidante  mañana recupero mi espera. En el atardecer  resplandecerá la limitada tierra, y en la noche mis pulgares señalarán hacia los ilimitados cielos. Letras confeccionadas por un teclado e impresas en vuestras brillantes pantallas. Leo en un viejo periódico "Manuela F. Coches de alquiler, abiertos y tirados por caballos". Emocionado subo  a uno de ellos  y arranca la yegua.  Inmensa, caudalosa, intensa y al trote. Tintineante e impaciente, ya cabalga al galope. Mostrandome una vida  fresca y madura.

                                                Marpin_                                                    

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La yegua te saluda hiiiiiiiiiii

Anónimo dijo...

la elaboración de la duda está reservada a los intuitivos, esos que no necesitan ni cultura ni reflexión ni experiencia. Su naturaleza basica inspira la percepcion de la totalidad, de la globalización real, a partir de una simple captación, a veces en la infancia. Por lo que todo cambia y desaparece. Nada hay permanente excepto la nada, el exterior y el interior son la misma y única cosa, cerca y lejos, todo es identidad.
me has hecho sonreir.
Un beso.

Anónimo dijo...

Es un potente post.
Sed felices todo lo que podáis.
Susa

Anónimo dijo...

Cuando escribes asi que se quiten los laureles los poetas coronados y los pongas a tus plantas.

La verdad

Anónimo dijo...

Narrador. Narrador de primera eres.

Anónimo dijo...

Es una preciosa lengua de oro.
VICTORIA . E.

Anónimo dijo...

Es un cuento encantador.
Kuki