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jueves, 6 de mayo de 2010

LEYENDAS: EL ARBOL DEL REMORDIMIENTO




Cuentan que un monje, una vez, enfurecido por haber sido reprendido por su maestro, se fue al huerto y allí arrancó  sin compasión un árbol joven. Cuando el árbol cayó a sus pies, le pareció que le susurraba: ¡Asesino!.  


Desde ese día, si miraba una flor oía: ¡Asesino!. Si  paseaba por el campo oía: ¡Asesino! Hasta en sueños escuchaba la acusación. Y así día tras día en cualquiera de las actividades que realizara. No pudiendo soportar la situación, fue a hablar con su maestro y le contó lo sucedido. El maestro le dijo: "Perdonate a ti mismo y sigue tu camino". 
Al día siguiente volvió el monje diciéndole al maestro que  no podía perdonarse por  haber dado muerte a  aquel arbolito y que seguía oyendo el grito acusador.  Entonces el maestro le respondió: "Puesto que tú mismo consideras que tu falta es imperdonable mereces la muerte".
El maestro sacó su cuchillo y le pidió al monje que se arrodillara para matarlo. Éste,  temblando se agachó y se dispuso a morir. Pero entonces el maestro le preguntó: ¿Oyes ahora el grito que te acusa?. El monje gritó: ¡No, maestro, han cesado las acusaciones! Bien -dijo el maestro- Parece que ante la presencia de la muerte, ya te has perdonado. A nada lleva arrastrar una culpa eternamente por la vida. Levantate, aprende de tus errores, planta otro árbol y esta vez cuidalo.
La Ranita (con insomnio)

1 comentario:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Buenos días:
A veces hay personas tan sensibles, que viven toda la vida con sentido de culpabilidad.

Hay que aprender a perdonar y ha perdonarse.
Esto si hacer el propósito de corregirse para no volver a caer en los errores.

Gracias por compartir esta sabiduría.

Un abrazo, Montserrat