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jueves, 18 de marzo de 2010

¡Que pobre sería el espíritu humano sin la vanidad!



Pero con ella se asemeja a una tienda bien provista y siempre respuesta que atrae a clientes de todo tipo: En ella puede encontrarse  prácticamente de todo, siempre que se tenga la clase de moneda (la admiración) que allí admiten. ¡¡A mi me gusta el  naranja". Quienes exhiben su desgracia no buscan otra cosa con sus quejas y lamentos, que hacer mal a quienes les contemplan: La compasión que entonces muestran éstos consuela a los débiles y a los dolientes, porque se dan cuenta de que al menos en un aspecto tienen un poder a pesar de su debilidad: el poder de hacer daño.
Por consiguiente, unos verán gigantes allí donde los demás vemos molinos de viento. Esto es cómico y absurdo-Pero ¿es un absurdo vulgar?

El tío Faustino.

"Naranjas y Limones".- Julio Romero de Torres.
Imagen de Dominio Público


 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tan bello post merece un cmentario de felicitación y ánimo a sus creadores.

No dejeis de hacerlo asi

Anónimo dijo...

Ola y xao
Impar

Anónimo dijo...

En silencio le amo. En el tiempo le espero. Le quiero.
((LogicaPlus))