Imagen: Salvador Dalí
Le he escrito a muchas cosas, a muchas personas, a situaciones, a sentimientos y a menudo he dejado aquí mi rabia, mi alegría, mi desazón o mi tristeza. Y tú siempre me has tendido tu soporte de infinitos puntos blancos para que dejase sobre ellos lo que yo quisiera o pudiera. Sin una pregunta o reproche. Amigo silencioso, testigo de tantas horas de insomnio, de noches de hospital, del tiempo ansioso que precede al amor y de la estela triste que deja su ausencia. Querido blog: ¡Cuánta compañía me has hecho! Hay un tiempo en la vida, en que las ausencias empiezan a ser más numerosas que las presencias, y se hacen más visibles: La de seres que amamos, la de los sueños rotos, de la inocencia robada, la lealtad en la que ya no puedes creer, la bondad humana, la alegría que se va quedando enredada entre las espinas del día a día...ausencias, ausencias, ausencias.
Gracias por seguir ahí, de guarda siempre, veinticuatro horas al día, sin cerrar los fines de semana, ni las fiestas. Porque te encuentro cuando las interrogaciones me echan a patadas de mi cama en la madrugada o cuando regreso cansada de las mil tareas que tienen los días. Y gracias a ti, y a esta ventana abierta a un espacio nuevo, he conectado con el universo, a través de anónimos ojos que te han leído sin yo saberlo, banderas del planeta que a veces no sé ni donde están, y desde las que me han dejado palabras seres desconocidos que han arrancado mudas corrientes de gratitud. Querido blog, mi blog compartido, mi blog compañero, en silencio.
Muchas Gracias.
RANITA
2 comentarios:
Le damos gracias tambien los demás por ser el canal que nos enlaza.
Un saludo
Encantados de compartir, Pilar.
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