Mirar la vida desde el punto de vista de una construcción,
fue algo revolucionario para mí. Si yo tenia que ser como un templo, algo fallaba en
mi diseño. Los cimientos eran poco profundos, inadecuados para soportar su
carga. La planta era irregular y mal trazada. Los muros no estaban derechos y lo
que es peor, había muchas paredes falsas ocultando habitaciones escondidas llenas
de tinieblas y telarañas, donde jamás llegaba la luz del sol. Los materiales, honestamente no eran malos, pero no se les había dado el tratamiento adecuado, nadie los había cuidado y veían deslucidos y sin brillo. Les faltaba
la mano experta que hiciera relucir su verdadera naturaleza. Y todo el conjunto
carecía de fuerza, de belleza y de armonía.
A partir de ese momento, las piezas del puzzle comenzaron a encajar. Entendí, sin confundir las palabras con las ideas, el concepto de los Símbolos. Mi templo tenia que ser digno de guardar en su interior el arca de mi propia alianza. Mi estrella de Cinco Puntas tenía que brillar, porque cinco eran mis sentidos, porque el cinco era la suma del par y lo impar, el dos femenino y el tres masculino que habitaban en mi interior, y porque cinco eran los dedos de mis manos, con las cuales, podía equivocarme, ciertamente, pero también podía sin duda crear. Aprendí a no ver el Universo como mero espectador pasivo, sino como parte de mí. Aprendí que comer un trozo de pan, puede ser un canto a la tierra, al sol y a la lluvia.
Entonces, miré en mi interior , busqué ahí las respuestas.....y empecé a construir mi propio Santuario.
A partir de ese momento, las piezas del puzzle comenzaron a encajar. Entendí, sin confundir las palabras con las ideas, el concepto de los Símbolos. Mi templo tenia que ser digno de guardar en su interior el arca de mi propia alianza. Mi estrella de Cinco Puntas tenía que brillar, porque cinco eran mis sentidos, porque el cinco era la suma del par y lo impar, el dos femenino y el tres masculino que habitaban en mi interior, y porque cinco eran los dedos de mis manos, con las cuales, podía equivocarme, ciertamente, pero también podía sin duda crear. Aprendí a no ver el Universo como mero espectador pasivo, sino como parte de mí. Aprendí que comer un trozo de pan, puede ser un canto a la tierra, al sol y a la lluvia.
Entonces, miré en mi interior , busqué ahí las respuestas.....y empecé a construir mi propio Santuario.
Ranita
Feliz Sábado con todo lo que eso significa para quien quiera entender.
MARPIN Y LA RANA
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