De esta curiosa paradoja depende en mucho el acierto del vivir. Cada error, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusión, lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas desconocidas, sobre las que los espíritus pacientes y decididos han sabido ir edificando lo mejor de sus vidas.
P
or otra parte, es positivo -además de natural- que notemos con intensidad el peso de nuestros errores: si no fuera así, quizá sería mucho más difícil que nos corrigiéramos.
-Alfonso Aguiló-
Marpin y la Rana.
2 comentarios:
Qué dificil es asumir una máxima tan sencilla sobre todo cuando no parece haberte tocado mucho éxito una temporada larga ¿verdad?
Un beso
LO CONTRARIO SERÍA UNA FRUSTRACCIÓN PERMANENTE.
Publicar un comentario