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domingo, 6 de enero de 2013

CUENTO TRISTE DE NAVIDAD




¿Que me traerán los Reyes? Pensaría con ilusión un pequeño de 6 años en Málaga.Y seguramente preparó sus zapatitos, y le puso a los camellos agua y polvorones bajo el árbol, junto a una carta más garabateada que entendible. Y se dejó vestir deprisa sin protestar, que la cabalgata de Reyes ya estaba en la calle  y él quería verla para acostarse pronto y maldormir soñando con juguetes y regalos. Y sus padres, probablemente  cansados, no se pensaron dos veces salir para que su pequeño pudiera disfrutar de la ilusión anual colectiva,  cómplices en los gestos y habiéndose distribuido de antemano el trabajo de los Magos:  mientras tú los acuestas, yo voy a casa de mis padres y traigo los regalos que llevan allí comprados varias semanas.

Pero...¡ay!. La magia tornó su color de fiesta. Los padres buscaban la sonrisa de su hijo. La ciudad, como todas, se volcaba en dar alegría, por una vez, tras tanta pena y miseria. Y el pequeño sólo quería coger caramelos, que los caramelos de los Reyes, aparte de saber mejor, son mágicos, y luego durante el año, te comes uno cuando estás triste y las penas duran menos. La carroza se acercaba al niño, cada vez más, cada vez más... Un instante, sólo un maldito instante, y se soltó de las manos protectoras. Y la Muerte, que no respeta nada, se había disfrazado también en la Cabalgata sin que nadie se apercibiera,no del Rey Mago, sino de envoltorio brillante de golosina y se fijó en él.  Y tan certera como siempre, no falló.

Luego todo eran preguntas, impotencias, desesperación, lágrimas. Su padre, médico,  hizo cuanto pudo, como todos, pero no cambió el triste final del cuento de Navidad. Los juguetes lloraban huérfanos para siempre.  Su familia, en un alarde de generosidad sin par, pide que la Cabalgata no se suspenda. Qué los otros niños, angelitos, no se queden sin la Ilusión de los Reyes, como su pequeño inerte ya para siempre, con sus sueños intactos, y un caramelo agarrado en su manita. 

Ranita

MARPIN Y LA RANA

Ayer murió en Málaga un pequeño de seis años en la Cabalgata de Reyes. Es una de esas noticias que ni la mente ni el alma asimilan, que no caben más que en las pesadillas, pero no en la realidad. Esperabamos poder hacer un post alegre  y festivo, acorde con la fecha. Pero se nos ha encogido el alma, y en este blog sólo sabemos llorar  lágrimas con forma de letras.

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