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viernes, 22 de junio de 2012

AUTOESTIMA. A veces parece como si solo existieran dos tipos de personas: unas que se sobrevaloran, cayendo así en actitudes más o menos engreídas o prepotentes;


y otras se infravaloran, que únicamente son capaces de ver en su personalidad los aspectos negativos y las deficiencias, y con eso su relación con ellos mismos es autodestructiva, se sienten culpables de todos sus fracasos, aunque estos se deban a factores externos, y esto les lleva a una cruel inseguridad, a valorar siempre más la opinión de los otros que la suya propia.
La falta de autoestima, además, suele conducir a un círculo vicioso de actitudes mentales negativas. Esa persona puede comenzar pensando, por ejemplo, que no será capaz de alcanzar una meta que se haya propuesto, porque tiene la impresión  de que rara vez logra lo q se propone. Con esa premisa, se encamina hacia esa meta con talante gris y mortecino, tarde y sin entusiasmo, con más miedo al fracaso que afán de lograr éxito. Si luego las cosas no salen - y no suelen salir cuando se acometen así-, la experiencia, una vez más, vuelve a reforzar el juicio negativo anterior: de nuevo se ha demostrado que no es posible, que no valgo, que he fallado y que las cosas seguirán igual en el futuro.
En cambio, cuando alguien aprende a respetarse a sí mismo, y a no compararse dañosa e inútilmente con los demás, tiene entonces mayor facilidad para tomar conciencia de su propia singularidad y dignidad. Es decisivo comprender que cada ser humano posee unas virtualidades propias que solo él mismo - con la ayuda que sea necesaria -puede llegar a rendir, proponiéndose proyectos y metas a las que se siente llamado y que llenarán de contenido su existencia.

-Miguel Ángel Martí-

Marpin y la Rana.

2 comentarios:

Mª Pilar dijo...

Yo la verdad es que creo que existen muchas más personas que se creen más de lo que son, son personas normalmente poco cultas y con su engreimiento tratan de ocultarlo.

Un abrazo

Pilar

Alicia dijo...

Gracias