Cuentan que unos duendes, celosos de los humanos, un día les robaron La Felicidad. Los hombres, desposeídos de su dicha, la buscaron denodadamente. No hubo montaña alta, sima profunda, piedra que quedara sin visitar. Se removieron los fondos de mares, ríos y lagos. Cada cueva fue registrada, cada casa, cada escondite. Pero nunca la encontraron. Y es que los duendes, sabiamente habían escondido La Felicidad en el único lugar donde sabían que nunca buscarían los humanos: en el interior de su alma.
Ranita
El Blog de Marpín y La Rana
4 comentarios:
Pues a veces la encuentras y hasta descubres dónde está. Lo que ocurre es que esos frikis la escondieron muy bien, los jodidos. Hay gentes menos iluminadas que no la acaban encontrando nunca. Les pasaré el cuento a ver si se lo aplican. Saludos.
Besos desde Alcantara
maravillosa leyenda!!!! realmente el mejor escondite, muy buena entrada para el comienzo de semana, besitos amigos
Estoy completamente de acuerdo. La felicidad no hay que buscarla fuera de nosotros. Aquellos que tienen más poder y riquezas no suelen las personas más felices, es más, en ocasiones, son los más desgraciados, insatisfechos y siguen buscando eso tan maravilloso que es ser feliz.
Un abrazo.
kasioles
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