Las sondas espaciales nos envían o traen cosas de lo más diverso. Imágenes, por supuesto: fotografías analizadas línea a línea a bordo de la nave y transmitidas a tierra por radio, imágenes electrónicas registradas en distintas longitudes de onda, imágenes por radar cuando el astro queda oculto por las nubes...Asimismo, datos físicos: medidas de temperatura y de presiones, medidas de campos magnéticos, detección de partículas de todo tipo...Datos químicos. Datos geológicos. Datos altimétricos. Incluso, a veces, como en el caso de la Luna, muestras fisicas cuyo análisis se disputan los mejores laboratorios de investigación espacial del mundo.
Los programas científicos deben amoldarse a las exigencias del transporte. Los viajes son largos; hay que aprovechar lo mejor posible la posición de los planetas y organizar, cuando la ocasión lo requiere, auténticos rallies de astro en astro tales como los de las sondas Voyager o Ulysse.
A menudo, los proyectos se esbozan con diez o quince años de antelación. Las "ventanas de lanzamiento" (períodos durante los cuales la disposición de los planetas es favorable, dada la energía que dispone el lanzador espacial) imponen las fechas en las que todo debe estar dispuesto, so pena de que la misión fracase. El coste de estas operaciones es exorbitante, lo cual condena a los investigadores a reducir sus pretensiones...pero también a ser más astutos.
-Bernard Hagene-
El blog de marpin y la rana
1 comentario:
La órbita de Marte no es un círculo sino un óvalo.
Gracias y besos de Lara-tu(
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