EL BLOG COMPARTIDO

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Es la historia, según la frase de Cicerón, el mejor testigo de los tiempos pasados, la maestra de la vida, la mensajera de la antigúedad.


Entre todas las profesiones a que consagran los hombres "y las mujeres" sus talentos, apenas hay alguno a quien su estudio no convenga. El estadista, el militar, el eclesiástico pueden sacar de su conocimiento grandes enseñanzas para el desempeño de sus deberes. Hasta el hombre privado, que no tiene en el orden público más representación que la de simple ciudadano, puede estudiar en ella sus obligaciones y sus derechos. Y finalmente, no hay miembro alguno en la sociedad política que no pueda sacar de la historia útiles y saludables documentos para seguir constantemente la virtud y huir del vicio.
Pero entre todas las profesiones, es la de magistrado la que puede sacar más fruto del estudio de la historia. El debe por su ministerio gobernar a los hombres. Para gobernarlos es menester conocerlos, y para conocerlos estudiarlos. ¿Dónde, pues, se podrán estudiar los hombres mejor que en la historia, que los pinta en todos los estados de la vida civil: en la subordinación y en la independencia, dados a la virtud y arrastrados del vicio, levantados por la prosperidad y abatidos por la desgracia?


-Melchor de Jovellanos-




Pedro Catela, para el blog de marpin y la rana.
                             

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