Gira el nuevo día dentro de mis pensamientos, y nuevamente los giros son similares.
Y yo, imperturbable a las señas del Celeste Sol, ajeno al agua que me bebe, fuera del fuego que se respira en el aire que nos consume, sigo respirando. Giro, girando imperturbable como el buen hijo de una santa sagrada ramera.
Saludo a la Mañana porque quiero y me da la gana. ¡Eiii, eiiii mañana! ¡Te voy a comer a besos!
Marpin y La Rana_
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