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Las charlas entre amigos siempren confortan,
como el fuego en invierno,
la sombra en verano,
como dormir en la hierba
o comer y beber para alguien que tiene hambre y sed.
El colirio de Demócrito no es una cura eficaz para los ojos como esto lo es para el corazón.
Las buenas palabras son alentadoras y poderosas por sí mismas, pero mucho más si provienen de amigos,
como tantos mantienen,
sosteniéndose así mutuamente unos a otros,
como la hiedra en un muro.
El blog de marpin y la rana
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