"El entierro de la sardina". Goya
No te conduelas en demasía por los demás y no desees ni tengas miedo de tu propia muerte. No tiene sentido.
La mitad de nosotros pensamos como Séneca: "Quien es sabio es moderado, y quien es moderado es constante, libre de pasión, y quien es así no tiene pena: como deben ser todos los seres sabios".
Los tracios lloraban siempre cuando nacía un niño, y festejaban y se alegraban cuando alguien era enterrado: más contentos por quien muere bien, que se libera así felizmente de las miserias de esta vida.
El blog de marpin y la rana
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